Hazlo con miedo, pero hazlo
¡Enfrenta tus miedos y serás MÁS FELIZ!. ¿Te ha pasado alguna vez que hayas querido probar cosas nuevas, decirle algo a alguien, o superar alguna inseguridad que ocupa tu mente, pero por el contrario, algo te hacía dar un paso atrás y pensar que era una mala idea? La gran mayoría de las veces ese paso atrás lo damos por miedo.

El miedo es un instinto, una respuesta natural a lo desconocido y algo que, por tanto, en ocasiones es difícil de controlar. Sin embargo, es un concepto que debemos enfrentar y superar.
Como enfrentar el miedo
Una vez escuché a alguien decir, “el miedo no es peligroso, es molesto”, y tenía toda la razón del mundo. Utilicemos para ello una metáfora: imagina algo que te preocupa delante de ti, y entre ambos hay un ladrillo que únicamente dice “cuidado”. Tenemos dos opciones, una de ellas será tener en cuenta el aviso, apartar el ladrillo, y tomar control de la situación que hay al otro lado con cautela. La otra opción, es recoger más ladrillos y construir junto con el primero, una gran pared que nos separe del peligro.
Ambas opciones son válidas, sin embargo, la segunda únicamente te proporcionará incertidumbre, ya que no sabrás qué está ocurriendo al otro lado.

Esto puede representarse de otras muchas maneras, pero todas tienen la misma base, enfrentar tu miedo te sacará de tu zona de confort, y no hacerlo te dejará donde estás, estancado en la rutina y preguntándote “¿qué hubiera ocurrido?”.
El miedo o las inseguridades, cada vez más, son alimentados por el “qué dirán” o en ocasiones, por el simple hecho de no atrevernos a hacer cosas nosotros solos.
Imagina por un segundo, que ese principal miedo en el que has pensando leyendo este artículo, lo combates y desaparece: ya no existe. ¿Qué estarías dispuesto a hacer? ¿No serías infinitamente más feliz?
La mayoría de las veces magnificamos el problema a la hora de afrontar algo, puesto que todo tiene solución, cada una con su grado de dificultad. ¿Y si por algún casual no la tiene? ¡Entonces pasa de largo!, queda asumirlo y aprender de ello.

No todo es de color de rosas, tal vez nos lancemos a la piscina y no salga bien. Sin embargo, la satisfacción de haber superado esa inseguridad e intentarlo, será mucho mayor que el fracaso, puesto que aumentará nuestra confianza para salir cada vez más a menudo de esa zona de confort.
No olvides que ¡el miedo lo único que hace es molestar y alejarte de cosas que podrían ser impresionantes!