Existe una clara diferencia entre lo que es un líder y un simple jefe. De hecho, cada vez son más las escuelas de negocios –por no decir todas- que analizan los factores de ambos conceptos y las características para identificarlos y distinguirlos. Pero, ¿qué pasa cuando la teoría transciende la realidad? ¿Qué pasa cuando tienes que acudir todos los días a una oficina donde tu jefa es una auténtica tirana? Las relaciones tóxicas, sean del tipo que sean, pueden minar la moral de cualquier fashionista. ¿Cómo actuar? Desde Madaísh, la red social de moda, te proponemos una serie de consejos.

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LA DIFERENCIA ENTRE EL LÍDER Y EL JEFE TIRANO
– Un líder es aquel que te hace trabajar duro para que alcances las metas de la empresa, pero también reconocerá tus logros. Un mal jefe ordenará y mandará y, cuando las cosas vayan bien, se colgará el mérito, mientras que si no es así te echará la culpa a ti del fracaso.
– Un líder corregirá tus errores de una forma constructiva y te animará a seguir adelante. Equivocarse es sinónimo de aprendizaje. Un mal jefe reflejará constantemente lo negativo de tus equivocaciones, fomentando el efecto bloqueo en el trabajador.
– Un líder te motivará cuando te encuentres decaída, incluso si tu estado de ánimo no tiene que ver con la empresa. Un mal jefe se regocijará de tu malestar y aprovechará tu debilidad emocional para machacarte aún más.
– Un líder buscará soluciones ante las desavenencias que vengan y se mantendrá positivo aunque las circunstancias en sí no lo sean. Un mal jefe se pasará el día quejándose y criticando todo lo que le rodea, sin proponer absolutamente nada.
– Un líder intentará sacar lo mejor de ti, mejorando tus fortalezas y contrarrestando tus debilidades. Un mal jefe sólo verá en ti un peón más al que mover a su antojo.
– Un líder hará que sus empleados se sientan cómodos en un clima laboral favorable. Un mal jefe propiciará que estos quieran marcharse de la compañía, humillándolos e incluso ridiculizándolos públicamente.

CÓMO ACTUAR
1. Aprende a decir no. Demuestra que tienes carácter, aunque te dé miedo enfrentarte a la situación.
2. Promete menos de lo que puedas cumplir, así siempre cumplirás con las expectativas y los plazos.
3. Ten claros tus límites. ¿Cuánto estás dispuesta a sacrificar? ¿Hasta dónde quieres llegar? ¿Qué estás dispuesta a hacer?
4. Pregunta siempre que tengas una duda, por mínima que sea. Que tu jefa te deje claro cómo quiere las cosas.
5. Gestiona tu inteligencia emocional. Aprende a mantener tu paz interior y a controlar los sentimientos de ira, rabia, odio, enfado o tristeza.
6. Aprovecha la situación para mejorar como profesional, como si fuera una carrera de obstáculos que te ha sacado de tu zona de confort.
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7. Recuérdate los beneficios que sacas con todo esto: económicos, de aprendizaje, de refuerzo del carácter, etc.
8. Si crees que la situación va a poder contigo, piénsatelo. ¿Realmente va a merecer la pena continuar?
9. Si tienes que dejar un día las cosas claras, hazlo. Es mejor ponerse una vez roja que ciento amarilla. Eso sí, hazlo de forma privada, tajante pero con respeto.
10. Rodéate de todos los estímulos positivos que puedas que te ayuden a mantener tu equilibrio físico y mental.
Así que ya sabes, si quieres estar a la última y formar parte de la mayor red social de moda y belleza, ¡regístrate en Madaísh!
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